El mural se enmarca dentro del concepto de Maximalismo Urbano, celebrando la complejidad, la abundancia de elementos y la interacción de formas. La propuesta busca reflejar la vitalidad del entorno urbano, promoviendo una explosión de colores, texturas y formas que interactúan entre sí, transformando la fachada en una obra de arte dinámica.

La propuesta de diseño se sustenta en un diálogo  entre dos elementos fundamentales: la naturaleza y las formas geométricas.

En este sentido, la integración de vegetación en el mural no solo actúa como un elemento estético, sino como un recordatorio de la importancia de la naturaleza en las ciudades.