La propuesta parte de un gesto claro: situar el descanso como centro simbólico y físico del espacio. Inspirados en la figura del baldaquino —como estructura arquitectónica que enmarca, destaca y protege—, desarrollamos una pieza central que articula el dormitorio y organiza su narrativa espacial. Lejos de lo literal, esta reinterpretación funciona como un refugio contemporáneo: un ámbito contenido, introspectivo, donde el diseño propone una pausa frente al ritmo exterior. El dormitorio y el baño se conciben como un único sistema envolvente, pensado desde la experiencia del habitar y no desde la fragmentación funcional. En torno a esta pieza central se despliegan ámbitos que acompañan y enriquecen la rutina cotidiana: un vestidor integrado como transición fluida entre lo íntimo y lo funcional; una biblioteca-escritorio para el pensamiento y la contemplación; un sector de lectura que invita a la pausa y al disfrute; un espacio de cuidado personal que funciona como tocador contemporáneo; un coffee bar sutil, pensado para rituales cotidianos sin salir del entorno de descanso; y un sector de lavado personal, diseñado especialmente para el cuidado delicado de prendas seleccionadas.

La materialidad sostiene esta búsqueda: maderas claras, texturadas y sofisticadas conforman una piel continua que recorre el perímetro del espacio, generando una atmósfera calma, envolvente y cálida. Los acentos en tonos más oscuros se utilizan con precisión para marcar focos de atención y jerarquizar elementos. El espacio narra la intimidad de una pareja cosmopolita, que luego de recorrer el mundo elige el descanso con sentido como nuevo lujo. La experiencia busca trascender la función, apelando a una sensibilidad contemporánea donde diseño, bienestar y contemplación conviven.

La colaboración entre Estudio Nova y Arquimadera se traduce en una propuesta que combina curaduría estética, precisión técnica y exploración material, con una mirada integral sobre el diseño interior como lenguaje de identidad.