Bar La Capilla reinterpreta la arquitectura sacra como un espacio de comunión contemporánea. Inspirado en la simetría de las naves y la atmósfera ritual de las catedrales renacentistas, el proyecto transforma el altar en un bar: un nuevo punto de encuentro donde el acto de brindar reemplaza la liturgia.

Arcos, espejos y veladuras de color construyen un paisaje simbólico entre lo místico y lo mundano. Dorados, terracotas y celestes dialogan con luces cálidas y reflejos que multiplican la escena. Figuras de yeso y velas encendidas evocan el gesto devocional, pero desde el humor y la estética pop.

En el fondo, David Bowie asume el rol del santo moderno: un ícono que celebra la diferencia, la belleza y la libertad. La Capilla es una invitación a rendir culto a la emoción, al color y al encuentro con uno mismo y con los demás.