El proyecto busca revalorizar la esencia del diseño racionalista preservando elementos con significancia histórica, resaltando la belleza natural de los materiales tradicionales y empleando nuevas tecnologías en el desarrollo de equipamientos de cocina de última generación.

Se concibe como un espacio abierto y luminoso, con líneas limpias y ordenadas que evocan la estética racionalista. A través de envolventes vidriadas el exterior se fusiona con el interior permitiendo que la naturaleza tome protagonismo en la escena.

La distribución espacial se organiza en torno a un eje central que conecta las diferentes áreas, adaptándose a las nuevas formas de habitar, facilitando usos y abordando las demandas emergentes. Comprende una isla que alberga la zona de cocción y preparación de alimentos. El equipamiento destinado a guardado, electrodomésticos y otros requerimientos se disponen sobre el perímetro y de forma longitudinal para optimizar la circulación y funcionalidad dentro del espacio.

El estilo conceptual se inspira en los grandes arquitectos y diseñadores cordobeses: la obra de arte remata haciendo un homenaje al edificio Sant’Angelo de Togo Díaz y su morfología se contagia al resto del espacio. Se busca combinar la esencia de los clásicos con la innovación contemporánea. Fusiona la tradición y el diseño de autor.

Esta propuesta busca ser una oda al diseño local, una celebración a nuestra herencia cultural y una reflexión sobre la transformación del espacio y la arquitectura a través del tiempo