El concepto de patrimonio es dinámico, representa la evolución del hombre, inserto en una sociedad que se apropia del espacio, plasmando en su materialidad pensamientos, valores y rasgos culturales que definen su identidad.

Cada etapa de nuestra historia forma parte de lo que ahora somos y también es nuestro sustento para forjar el futuro. Estamos inmersos en un continuo recorrido, que nos invita a andar el camino y a disfrutar de momentos de quietud y de calma.

Córdoba, con sus raíces y un patrimonio latente, se impone, y representa lo dinámico.

Evidenciando un pasado muy nutrido y explorando nuevas posibilidades.

Proponemos un recorrido que estructura el espacio invitando a permanecer en zonas de estancias  diferenciadas del mismo con distintos solados.

Otorgamos un gran valor a la vegetación existente y a la que habita nuestra geografía   con su impronta, colores y frescura revalorizando el roble americano, que va a teñir de rojo nuestra escena, la magnolia con sus matices y los mandarinos que fueron testigos de muchas historias tejidas alrededor de esos bancos.

Cada componente fue concebido como una extensión del entorno, creando continuidad entre lo construido y lo natural. Cada pieza no es solo un gesto estético sino elementos que organizan y guían el espacio. Aquí sumamos el recurso del agua, en una fuente que articula el espacio, junto a una barra que sirve de área para disfrutar de una charla, un café… con amigos.

El ladrillo, la madera, la piedra se funden con la naturaleza, evocando la memoria del paisaje. Las pérgolas acompañan estas escenas a ambos lados de la barra que articula el espacio otorgando dinamismo.

La fusión entre naturaleza y arquitectura, con el arte manifiesto definen nuestro Espacio.