Los sanitarios públicos son más que un espacio funcional; son un lugar de pausa, de encuentro personal. Nuestra visión para este proyecto fue crear un baño inclusivo, «all gender», que celebre la diversidad y las necesidades de cada persona. Un baño mixto, adaptado para personas con discapacidad, con un espacio dedicado al cambiado de bebé, que va más allá de lo que se espera en un espacio público. Nuestra intención es que cada visitante salga de este lugar mejor de lo que entró, física y emocionalmente.

El corazón del diseño está dispuesto por un eje de articulación con ocho mesadas en silestone formando un círculo armónico, el verdadero eje del proyecto. En lugar del tradicional espejo, hemos abierto una ventana visual (formada con melamina de Faplac) hacia un Ginkgo biloba, árbol símbolo de introspección y conexión con nuestras raíces. En este gesto simple, transmitimos la idea de que «no necesitas verte en un espejo para encontrarte». El espacio, recorrido en 360 grados, invita a la reflexión en cada paso.

Los suelos, dispuestos en 10 segmentos, alternan porcelanato de Vite en las áreas húmedas y madera de Patagonia en las zonas de tránsito, separados por delicados listones de acero inoxidable de Atrim que refuerzan la idea circular. Esta disposición fluida acompaña el recorrido, integrando cada rincón en una experiencia de continuidad.

Una de las paredes principales se convierte en un punto focal donde dos imponentes chapas de mármol Black Taurus, provistas por Canteras del mundo, sin esculpir, evocan la fuerza bruta de la naturaleza. Entre ellas, líquenes naturales crecen, potenciando la sensación orgánica del ambiente, mientras que el cielorraso, realizado con placas Knauf y facetado en un juego de decágonos, refuerza la armonía del conjunto con líquenes colgantes que caen suavemente.

Este espacio no solo conecta con el presente, sino también con la memoria. En su pasado, el lugar fue una guardería municipal, donde los empleados podían dejar a sus hijos y en su honor, hemos creado un rincón íntimo para el cambio de bebé y lactancia, con una iluminación suave que abraza a quienes necesiten un momento de tranquilidad. Este rincón, cerrado por lámparas colgantes y decorado con un sillón acogedor de Increa, rememora la calidez de aquellos tiempos.

Por otra parte, la pared opuesta, nos encontramos con un gran mueble en melamina de Faplac, que expone productos de maquillaje, con un área especial para la aplicación de make up. Algunos días, una maquilladora realzará la belleza de los visitantes, en un acto de conexión personal.

Al ingresar, columnas decoradas con líquenes y cuadros enmarcan la experiencia, invitando a descubrir el espacio con una sorpresa delicada. Fotografías de antiguos baños públicos, en tonos sepia, conectan el pasado con el presente, sumergiendo al visitante en una narrativa sutil.

Mea Culpa es un espacio que ofrece conexión con el bienestar combinando  luz tenue, calidez y fragancias diseñadas especialmente para este entorno. A su vez, contrasta materiales naturales con accesorios de última generación provistos por Inelec, como ser dispenser de jabón y secamanos automáticos. Esperamos que todo visitante de nuestro espacio pueda disfrutar de esta experiencia.