Avalancha es una obra instalativa que invita a sumergirnos en la esencia de un relato real, vivido en la cordillera. Un viaje hacia el universo de la nieve y sus múltiples facetas, donde seguimos el rastro de un cuerpo que se aleja hasta perderse.

A través de esta experiencia sensorial, la obra propone una metáfora colectiva sobre el colapso y el cuidado. Nos interpela frente a las emociones que evitamos y a las estructuras que necesitamos revisar para no quedar sepultados en vida.

Mediante su diseño y arquitectura efímera la instalación recrea el vértigo, el silencio y el renacer bajo la nieve. Explora la resiliencia humana y la presión que ejercemos sobre nuestros propios cuerpos. ¿Qué pasaría si aprendiéramos a escucharnos antes del colapso?

Sobrevivir es también aprender a contemplar cómo los reflejos de nuestra propia esencia pueden apagarse poco a poco, hasta quedar cubiertos, hasta el límite de la muerte. Avalancha es resiliencia y renacimiento: explora nuestra capacidad de enfrentar los propios límites, redescubrirnos y encontrar el valor esencial para seguir viviendo.